Cada día aprendemos algo nuevo sobre cómo alimentarnos, y siguiendo con la búsqueda de respuestas, hemos leído el libro “La dieta del metabolismo acelerado” de Haylie Pomroy, nuestro interés por este libro se centró en conocer otras alternativas sobre cómo organizar las comidas para mantener un estilo de vida sano, el cual puede estar directamente relacionado con mantener o bajar de peso.

En el libro la Doctora Haylie Pomroy, nos explica detalladamente su propuesta y cómo nuestro organismo funciona, la dieta del metabolismo acelerado consiste en la rotación de tres fases durante cuatro semanas (28 días), de esta manera al cambiar de fase, el sistema y los órganos involucrados en la fase anterior podrán relajarse, descansar y restablecerse. Las fases son

  1. Fase 1: Sosegar el estrés y calmar las suprarrenales. Días 1 y 2.
  2. Fase 2: Desbloquear la grasa almacenada y generar músculo. Días 3 y 4.
  3. Fase 3: Desatar la combustión (hormonas, corazón y calor). Días 5, 6 y 7.

A pesar de lo interesante que puede resultar este plan, otro de los aspectos que llamó nuestra atención es cómo Haylie responde algunos de los mitos que nos planteamos al momento de querer bajar de peso y cómo nos invita a reconciliarnos con la comida y aprender hacer uso de ella para perder peso y de forma duradera, ya que los alimentos tienen distintos efectos en el cuerpo, algunos crean músculos; otros contribuyen al almacenamiento de grasas o a incrementar los niveles de azúcar en la sangre; unos proporcionan energía rápida.

Algunos de los mitos que comenta la Doctora Haylie Pomroy y que atraparon nuestra atención, son los siguientes:

1. No comer: Cuando te privas de comida, tu cuerpo se ajusta para subsistir con un número reducido de calorías y hace más lento el metabolismo. Esto quiere decir que, cuando dejas cualquier dieta, es probable que recuperes el peso perdido y más. Tu cuerpo sólo está intentando salvarte de una posible hambruna en el futuro.

Comer menos en realidad empeora la situación, porque privarte de comida tiene efectos catastróficos en tu musculatura, ya que al tener hambre y no comer, puedes llegar a dejar de sentir hambre, pero es porque el cuerpo recurre a tus propios tejidos en busca de combustible. Es decir, el cuerpo recurre primero al músculo, porque la grasa se almacena para emergencias.

2. Estrés: Cuando estás sometido a un estrés tremendo, tu cuerpo excreta hormonas de crisis que le indican que debe almacenar grasa y quemar músculo.

El estrés provoca que el metabolismo se haga lento, porque el sistema detecta la emergencia y entra en modalidad de almacenamiento de grasas. También incrementa la producción de cortisol y reduce el efecto de la hormona tiroidea en el metabolismo. El placer tiene el efecto contrario. Cuando disfrutas lo que comes, trabajas en colaboración con la naturaleza para acelerar las cosas. Y lo mejor es que no necesitas comer más, porque te sientes doblemente satisfecho. 

El placer estimula el metabolismo al detonar la producción de endorfinas en las glándulas suprarrenales. Dichas endorfirnas, estimulan la producción de serotonina, una hormona cerebral que mejora el estado de ánimo y que, a su vez, estimula la producción de la hormona tiroidea quemagrasas.

El placer desencadena una serie de sucesos que disminuyen los niveles de leptina, la hormona que hace que te dé hambre.

3. Cuando consumes alimentos carentes de nutrientes o llenos de colorantes, saborizantes y edulcorantes artificiales, tu cuerpo hace lo mejor que puede para sobrevivir al embate de estas sustancias extrañas  y desacelera el metabolismo para minimizar el daño que sufre el sistema completo. Por el contrario, cuando te alimentas de forma adecuada de comida rica en nutrientes y fibra, el cuerpo se relaja, considera que la emergencia ha terminado y comienza a quemar la grasa como combustible de nuevo.

4. Los postres engordan, ¿te provoca un dulce?, Haylie, nos comenta que cuando tu metabolismo es lento, ese delicioso postre se quedará en nuestro cuerpo, y si además le agregas la culpa a la receta para incrementar la respuesta por estrés liberamos hormonas de almacenamiento de grasa, en palabras de Pomroy, “la culpa engorda”. Y nos recomienda, comernos el postre con convicción y orgullo, disfrutándolo al máximo, sin estresarnos, ya que sino somos capaces de evitar la culpa, mejor no comerlo. Pero ojo no se trata de atiborrarse de dulces placenteramente.

5.Te invitaron a un evento y has iniciado cambios en tu forma de comer, te atacan los nervios porque temes retroceder, pues ante esta situación Haylie nos propone dos cosas: ver la situación como algo divertido con actitud positiva sin estrés (porque recuerda te hará almacenar grasa) y comer adecuadamente antes del evento, a lo largo del día, para que el metabolismo se mantenga despierto.

En definitiva a relajarse y a disfrutar de la comida sana.

Suscribete a mi rincón "inconscientemente saludable"

 

Únete a mi newsletter y recibirás una vez al mes herramientas para nutrir tu ser de acuerdo a tus necesidades. 

¡Gracias! Revisa tu bandeja de entrada y spam.