Como Asesora de Nutrición, ciertamente he aprendido a comer de manera saludable a la par que he incorporado los ejercicios en casa gracias a los videos de Jillian Michaels que me presentó una de mis amigas.
Sin embargo, tras el nacimiento de mi segundo hijo y una vez ajustada mi rutina diaria, decidí combinar las rutinas de Jillian con los de un entrenador o “personal trainer” que encontré en Instagram.
Cómo surgió la idea de “ser mamá fit”
He de confesar que este “personal trainer” de Instagram, me motivaba tanto como Jillian, pero logró despertar en mi la curiosidad a tal punto que terminé comprando un paquete promocional que estaba ofreciendo, éste incluía planes personalizados de alimentación y entrenamiento.
Ciertamente la alimentación varía de acuerdo a los objetivos y para “ser una mamá fit”, mi dieta debía ser adecuada en términos de cantidad y calidad, antes, durante y después del entrenamiento, para así lograr optimizar el rendimiento.
Así me inicie en el camino hacia mi meta “ser una mami fit“, fueron tres meses y quiero compartir contigo mi experiencia.
Definiendo la meta
Partiendo del hecho que mi cuerpo ya no es lo mismo y que tampoco lo será, me planteé recuperar mi tono muscular de manera progresiva, con paciencia.
A raíz de mis embarazos, partes de mi cuerpo quedaron afectadas o al menos no lucen como antes, como por ejemplo, mi abdomen. El cual me fue diagnosticado diástasis abdominal.
A partir de este momento, me planteé la siguiente meta: “Ser una persona saludable y con tono muscular, es decir, que mis músculos en reposo estén tensos y no parezcan gelatina”.
De esta manera establecí mis objetivos para el proyecto “ser una mamá fit”, y así tendría claro hacia dónde debía ir.
Acotando las condiciones
Con mi objetivo definido, contraté mi plan y le indiqué a mi Coach, en mayúsculas y con letras fluorescentes, que disponía de 30 a 45 minutos máximo para poner en movimiento toda mi maquinaria.
Y para mi Coach el requisito vital era estar dispuesto a preparar la comida diaria y, de ser posible, la de la semana. Afortunadamente, esto no representó para mí mayor problema.
Con las condiciones establecidas y claras, recibí un plan de entrenamiento y un plan de alimentación para 12 semanas, en el cual se me permitía un “cheat meal” semanal de algunas kcal.
Confieso que la comida pude manejarla durante las primeras cuatro semanas y sin necesidad de “cheat meal”. Pero, a partir de la quinta semana, el plan de alimentación se me estaba haciendo cuesta arriba, tanto que no me apetecía ni la merienda o el “snack” (pollo con vegetales, por ejemplo).
A medida que iba llevando a cabo mi plan de alimentación, mi cuerpo me estaba dando algunas señales como: ansiedad, estreñimiento, mal humor, entre otros. Sabía que todo cambio lleva consigo la adaptación, tanto mental como a nivel corporal.
Tras semanas de llevar a cabo el plan de alimentación, me doy cuenta que mi objetivo de “ser una mama fit” estaba afectando mi relación con la comida.
Entonces, ¿ser o no ser fit?
Respecto al plan de entrenamiento, pude llevarlo a cabo sin mayor problema y cada cierto tiempo las rutinas eran modificadas, porque como dicen “el músculo tiene memoria” y necesita nuevos retos.
Tras 12 largas semanas, evalué los resultados y me di cuenta que “ser una mamá fit” desde el punto de vista de mi “personal trainer” no estaba acorde con mi concepto de ser saludable, en términos de la alimentación.
Y es así como reajuste mis objetivos para ser una “mujer imperfectamente saludable“, que seguirá realizando ejercicios para sentirse bien y disfrutando de su alimentación de manera saludable, contando nutrientes y no calorías, sin cheat meal y sin dejar por fuera ningún alimento.
Para cerrar, quiero resaltar cuán importante es realizar ajustes en tus objetivos y planes personalizados, ya que los requerimientos del cuerpo cambian a medida que vas modificando tus hábitos.
Finalmente, y en mi opinión personal, cuando decidas llevar a cabo cambios en tus hábitos hazlo de manera que los mismos puedan perdurar en el tiempo, sin necesidad de verlos como un sacrificio.
Y, ¿tú qué opinas?
Interesante post, poco a poco se van sumando experiencias y definiendo lo que queremos para nuestra vida. Yo tuve no 1 experiencia sino 2, y 1 de ellas con un entrenador super famoso: José Fernandez, el que también me mandó una dieta similar y no pude con ella. Mi dieta era comer lo mismo por 8 semanas, una locura. El plan era sólo comidas sin entrenamiento. Para hacer el cuento corto es muy importante lo que dices, sentarnos y plantear: qué queremos? ; paso seguido: armarnos de paciencia, sobretodo si nos montamos tarde en este tren; porque en mi opinión esto sí influye.
Con esto no quiere decir que no vayamos a cumplir nuestra meta, NO! Pero sí que vamos a tardarnos más que una persona mucho más joven.
Este camino es duro y difícil, si no todo el mundo estuviera super duro.
Saludos
Hola Carleana, gracias por compartir tu opinión. Ciertamente, la paciencia y tener claro el objetivo juegan un papel importante al momento de querer cambiar de hábitos. Un saludo