Algunas personas tienen por costumbre colocar la sal en la mesa, así como de no probar los alimentos e inmediatamente, casi automático, agregar más sal a sus comidas. Para un estilo de vida más sano, este hábito debería de cambiarse, debemos comer menos sal.

Nuestro cuerpo necesita un poco de sal para sobrevivir, pero la cantidad que comemos es mucho más de la que necesitamos. Se ha demostrado que el consumo regular de demasiada sal aumenta el riesgo de desarrollar presión arterial alta.

La presión arterial alta es la principal causa de los accidentes cerebrovasculares, de ataques al corazón y paros cardíacos, estas son las causas más comunes de muerte y enfermedad en el mundo.

También se ha señalado que el alto consumo de sal está relacionado con el cáncer de estómago, osteoporosis, obesidad, cálculos renales, enfermedad renal, demencia vascular y la retención de agua. La sal también puede exacerbar los síntomas del asma y la diabetes.

¿Qué es la sal de mesa?

Se conoce de otra manera como cloruro de sodio. Es la principal fuente de sodio que tiene nuestro cuerpo, y es la razón principal de la presión arterial. Ciertamente el sodio ayuda a regular los fluidos del cuerpo, sin embargo es muy común o no consumirlo o ingerirlo en mucha cantidad. Como todo, se trata de mantener un balance.

¿Cuál es el límite diario?

Se recomienda el consumo de no más de 6g de sal al día, que es alrededor de una cucharadita. Actualmente, estamos consumiendo diariamente alrededor de 8g, que es aproximadamente un tercio más de la recomendación máxima, así que todavía tenemos mucho camino por recorrer y muchos cambios que hacer.

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Es importante destacar que los bebés que son amamantados reciben la cantidad adecuada de sal a través de la leche materna. En el caso de los que consumen fórmula infantil, la misma contiene una cantidad similar de sal a la leche materna.

Cuando se inicia la introducción de alimentos sólidos, recuerda no agregar sal a los alimentos que le das a tu bebé debido a que sus riñones aún no están preparados para ella.

¿Por qué estamos por encima del límite recomendado?

Es importante destacar que los alimentos no necesariamente tienen que saber salados para ser un producto alto en sal. Esta es una de las razones por las que puede ser difícil reducir nuestro consumo de sal, ya que a menudo se encuentra en todos en los alimentos que compramos.

Lamentablemente muchas personas no se dan cuenta que están comiendo demasiada sal. Ya que el 75% de la sal proviene de comidas procesadas, platos preparados, sopas y salsas, aunque también hay que poner atención a los panes y cereales, así como los dulces. De esta manera se hace un poco difícil controlar su consumo.

Lo que sí podemos hacer es revisar las etiquetas y seleccionar la mejor opción, baja en sal o sin sal.

¿Cómo se puede reducir el consumo de sal?

Adquirimos un gusto por la sal y, con el tiempo, nos acostumbramos a una cierta cantidad en nuestras preparaciones y en la comida que ingerimos. Si la reduces drásticamente, es posible que primero encuentres que tu comida sabe sosa. Sin embargo, el sabor no solo viene de la sal. Las hierbas frescas y secas, especias, pimienta, chile y limón son grandes maneras de agregar sabor a tus comidas.

Así que, para reducir el consumo de sal, debes sustituirla por otros potenciadores de sabor. Solo se tardará aproximadamente 3 semanas para que nuestras papilas gustativas se adapten.

¿Cuáles son los mejores tipos de sal?

No te dejes engañar en pensar que los tipos más elegantes de la sal son mejores. Ya se trate de rosa, negra, roca, cristal o copos, todavía tienen el mismo efecto sobre la presión arterial como la sal de mesa estándar. Aunque las sales menos refinadas podrían contener más nutrientes que la sal de mesa, pero si la agregas en grandes cantidades el efecto es el mismo. Es importante destacar que mientras los cristales de sal sean más grandes salan menos y tiendes a añadir más.

Debemos ser conscientes de cada cambio que hacemos en nuestra alimentación y  estilo de vida. Ser conscientes para nosotros es entender el porque de este cambio. Muchas veces cuando intentamos comenzar a cuidar nuestro peso, adoptamos estrategias que leemos en revistas, dietas famosas y/o cualquier otra alternativa que ya hemos comentado en post anteriores. Lo importante es buscar la razón.

Carleana Rosales

Fuente:

http://www.actiononsalt.org.uk/

http://www.nhs.uk

 

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